domingo, 22 de marzo de 2015

Yin Yang

Todo lo bueno tiene algo malo, todo lo malo tiene algo bueno. Así funciona la vida, o por lo menos es mi manera de ver las cosas.
En este momento de mi vida tengo una gran traba, que es no tener trabajo. Lo que me limita a muchísimas cosas, y en esta sociedad, o mejor dicho en este sistema, la falta de trabajo produce, en cierta forma, falta de libertad.
Pero como dije en un principio, todo lo malo también tiene algo bueno: siempre fui un obsesionado en romper estructuras, en pelear todo solo por el hecho de crecer. Y esta no es la excepción.
Me siento en mi mejor momento musical, donde las ideas están muy bien acomodadas y fluyen nuevas constantemente. Puedo aprovechar la inspiración más que nunca, en todo momento, sea por el lado que sea. Supe eliminar ciertas barreras que yo mismo me creaba, y crearme lo que me faltaba. Vivo experimentando, constantemente, y rompiéndome el bocho, pero aprendí a disfrutarlo; y no se imaginan cómo...
Me hace feliz, muchísimo. Esto es lo que soy y esta es mi forma de volar.



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